un recuerdo

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imposible le resultaba resistirse a tal evento. seguramente la carne saldría de esa parrilla tal y como a él le apetecía. por fin la posibilidad real de cumplir. con él. con su hambre. no importaban esos molestos piojos ni eran su excusa las ordenes del jefe. no. el jugo de la carne era lo que más le gustaba de todo esto.

el sonido del quemado. extraño. el olor fuerte. casi único. casi áspero. ya la carne estaba en la parrilla.

que increíble. cuando salió del cuarto las lagrimas se revelaron. la satisfacción lo incluía. para entonces la noche ya era y sus manos dolían tanto machacar. todo oscuro. una ampolleta palpitando en el pasillo al fondo desplegaba la humedad del lugar. quién había descubierto la electricidad. no lo recordaba. llegando a su casa le preguntaría a su hijito que seguro lo sabía. por ahora solo importaba lavarse las manos y tomar algún trago. mañana seria bueno seguir con la cuestión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta muy bien escrito eso perro, my weno ...


hasta me dio nostalgia, y hambre!
jijij
pollo!