de esta forma negando
carne y sangre
negando
en el mayor y más cobarde de los miedos

otro recuerdo


¿donde nos dejaron ELLOS?



I


muerto apenas
salvó

todos los MAL muertos de la historia
LOS MAL MUERTOS DE LA HISTORIA
lloran
tratando de olvidar
la llegada del perro
que no salvó la correa de las miradas
-solo de las miradas

sin embargo muerto apenas
dejó la risa en su boca
lección no aprendida del pasado


II


¡¡¡¿dónde están?!!!
¡aquellos que hicieron
la eléctrica e infundada pregunta
los que nadie detuvo por desaparecidos
las míseras anguilas que se escurren
para no ser interrogados por la muda
los soldados de cobarde plomo
de cobarde bota
los asesinos de humanidad entera
ellos
los hijos de perra
gran cólico de nuestro pasar
que me obliga a declarar en panfletario griterío
a preguntar
aquellos que lo quitaron todo
todo todo
aquellos que aún torturan
en parrillas nuevas de asado dieciochero
metiendo todavía grandes ratas engalanadas por la vagina del mundo
los peores!
¿dónde nos dejaron ellos?


III


no se sabe
de ninguna parte son
estos despojos parias que vemos esparcidos
por interminables mares interminables
edificados bajo presión por la noche
osamenta feroz reventando en los cuerpos grises
que nada quieren
desde el barro hundido
cráneos bailan rotos de no saber
las costillas lucen galanas sus fracturas como guirnaldas
en la gran envestida estatal y festivalera
nos vemos
y no sabemos donde
nos dejaron
ellos
nos vemos e intentamos conocer
pero no nos dejan
quienes se adueñan de la violencia
de la violencia
de la violencia
los dejamos
democráticos
quienes se adueñan de la existencia
enterita como un bolso
que se roba corriendo por el paseo
negando rápidamente el hecho
que se olvida
que nos olvidan
en el destierro mayor
toda la humanidad es una mesa

un recuerdo

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imposible le resultaba resistirse a tal evento. seguramente la carne saldría de esa parrilla tal y como a él le apetecía. por fin la posibilidad real de cumplir. con él. con su hambre. no importaban esos molestos piojos ni eran su excusa las ordenes del jefe. no. el jugo de la carne era lo que más le gustaba de todo esto.

el sonido del quemado. extraño. el olor fuerte. casi único. casi áspero. ya la carne estaba en la parrilla.

que increíble. cuando salió del cuarto las lagrimas se revelaron. la satisfacción lo incluía. para entonces la noche ya era y sus manos dolían tanto machacar. todo oscuro. una ampolleta palpitando en el pasillo al fondo desplegaba la humedad del lugar. quién había descubierto la electricidad. no lo recordaba. llegando a su casa le preguntaría a su hijito que seguro lo sabía. por ahora solo importaba lavarse las manos y tomar algún trago. mañana seria bueno seguir con la cuestión.

septiembre

Prisión de mujeres violadas que quedaron embarazadas


Una mujer de 29 años declaró ante la Comisión. Su madre quedó embarazada a los 15 años de edad cuando estuvo detenida, al salir de la detención nació esa hija, quien prestó testimonio ante la Comisión. En su testimonio señaló:

Yo represento la prueba gráfica, represento el dolor más grande, lo más fuerte que ha vivido mi mamá en su vida... Había mucha rabia adentro de ella, yo la sentía. Esto ha marcado mi vida y es para siempre, no puedo nacer en otra familia, ni cambiar mis antecedentes. Yo tuve que lidiar con la rabia, la frustración de mi mamá, pero yo también tuve rabia, yo no tuve espacio para mi situación, mi mamá iba a la Vicaría y ¿yo?, ¡me costaba contárselo a mi mejor amiga!. He tenido que cargar con una mochila eterna... Después que me contaron, empecé a tomar, tomaba todo el fin de semana, escondida. Por eso siento que tengo muchas lagunas de mi adolescencia.

septiembre


Agresiones y violencia sexuales

Mujer, detenida en octubre de 1973. Relato de su reclusión en el Regimiento Arica, La Serena,
IV Región: [...] embarazada de cinco meses, fui detenida y hecha prisionera. Estuve un mes y medio incomunicada en la Cárcel del Buen Pastor, y sometida en el Regimiento Arica a vejámenes y torturas, entre las cuales debo, como denuncia, mencionar: [...] instada a tener relaciones sexuales con la promesa de una pronta liberación; obligada a desvestirme, acariciada en los pechos y amenazada de recibir las visitas nocturnas del interrogador; golpes de electricidad en la espalda, vagina y ano; uñas de las manos y pies fueron arrancadas; golpeada en varias ocasiones con bastones de plástico y con culatas de rifles en el cuello; simulacro de fusilamiento, no me mataron pero debí escuchar como las balas silbaban a mi alrededor; obligada a tomar e ingerir medicinas; inyectada en la vena con pentotal, bajo la severa advertencia que sería hipnotizada como único medio de declarar la verdad; colocada en el suelo con las piernas abiertas, ratones y arañas fueron instaladas y dispuestos en la vagina y ano, sentía que era mordida, despertaba en mi propia sangre; se obligó a dos médicos prisioneros a sostener relaciones sexuales conmigo, ambos se negaron, los tres fuimos golpeados simultáneamente en forma antinatura; conducida a lugares donde era violada incontables y repetidas veces, ocasiones en que debía tragarme el semen de los victimarios, o era rociada con sus eyaculaciones en la cara o resto del cuerpo; obligada a comer excrementos mientras era golpeada y pateada en el cuello, cabeza y cintura; recibí innumerables golpes de electricidad [...].

septiembre


Humillaciones y vejamenes

Hombre, detenido en septiembre de 1973. Relato de su reclusión en la Tenencia de Contulmo, VIII Región: [...] con fecha 13 de septiembre de 1973, siendo las siete y media de la mañana, llegó a casa de mis padres una patrulla de Carabineros, quienes con mucha violencia irrumpieron encañonando a mi padre y hermanos con sus armas, inmovilizándoles. Enseguida entraron en mi pieza. Me ordenan poner mis manos en la nuca [...] yo estaba levantándome [...] sólo tenía puesto el pantalón. A continuación me sacaron a la calle descalzo y sin camisa [...] en ese recorrido se pasó a buscar a cuatro compañeros..., siendo todos conducidos a la Tenencia de Contulmo, ahí fue el comienzo del calvario. En la caballeriza habían unas argollas
adosadas a la misma, de donde prácticamente me colgaron con las manos juntas quedando en puntillas. Estando en esta posición comenzaron a pegarme con las culatas de los fusiles. Me preguntaban por otros compañeros y como decía no saber lo que preguntaban, seguían golpeando.
La verdad, no sé calcular el tiempo empleado en esta golpiza. Apareció el teniente [...] preguntando con groserías si había hablado. El cabo [...] responde que no he dicho nada. El teniente ordena traer excremento de las caballerizas y agua en un botella. Luego me pregunta sobre lo mismo y como respondo igual, me doblan hacia atrás el cuello y golpean mi estómago e introducen excremento en mi boca. Luego echan agua para que me trague todo el contenido [...]. Así sucedió una, dos, tres, diez veces, no sé. Después me dejaron ahí, escuchando los gritos y lamentos de los otros detenidos.

septiembre

Aplicación de electricidad


Hombre, detenido en diciembre de 1973. Relato de su reclusión en el Cuartel General de Investigaciones (General Mackenna), Región Metropolitana: sentaron en unaLuego me silla y me pusieron electrodos en la ingle y boca y, para empezar, me aplicaron un golpe de corriente. Luego me dijeron que hablara, yo les pregunté sobre qué. Más golpes e insultos, hasta me preguntaron por el Plan Z. Declaro que era primera vez en mi vida que escuchaba de ese plan. Así se los afirmé. Más toques eléctricos y golpes, en cabeza y hombros. Me preguntaron también por armas e insistían en Plan Z y me seguían golpeando y electrocutando. Finalmente, pensando que podría aliviar mi situación, les dije que era comunista. Me sacaron la venda y pude ver a un militar sentado a la mesa con un interruptor antiguo, a rostro descubierto, conectando directamente el enchufe por lo que deduje que se me aplicaban 220 voltios de la red. Se identificó como capitán y luego de insultarme, me calificó de tonto útil. Agregó que si me veía por ahí me haría fusilar igual que a los otros comunistas de la maestranza de San Bernardo. Después me llevaron nuevamente a la celda del sótano. Sangraba de la boca y tenía quebrado el hombro derecho.




Hombre, detenido en agosto de 1984. Relato de su reclusión en el Cuartel de la CNI en Valdivia, X Región: Uno de los agentes se ofusca y dice en tono amenazante por última vez que colabore, como sigo negando, otro agente ordena que se me quite la ropa y que él se va a encargar de "operarme"; deben haber sido dos personas las que violentamente me desvistieron, sólo me dejan puestos los calcetines y soy llevado a viva fuerza a una litera [...] me amarran los pies separadamente a cada extremo de la litera, lo mismo ocurre con mis brazos y manos. Luego proceden a colocar en las partes más sensibles de mi cuerpo (genitales, tetillas, estómago, muslos y piernas), diversos aparatos, que por tener los ojos tapados, no pude ver ni saber de qué se trataban. Estos aparatos los fijan en mi cuerpo con scotch [...] uno de ellos avisa que todo está listo, sorpresivamente siento un fuerte dolor en todo mi cuerpo que me hace ver un montón de estrellitas y, a la vez, siento que me orino y me cago, doy un fuerte grito; de inmediato corren dentro de la pieza algunos agentes, uno de ellos grita "¡Tápenle la boca a ese desgraciado!", rápidamente se acerca un agente con un trapo de lana que pone en mi boca y lo sujeta. Inician nuevas descargas eléctricas sobre mi cuerpo y me piden que entregue nombres y direcciones de personas que supuestamente yo debía conocer. Sigo negando, ahora me piden que entregue un solo nombre y así se terminaría [...], dificultosamente les digo... que no tengo nada que ver con lo que se me acusa; por este motivo, el agente que me interroga amenaza con aumentar las descargas eléctricas [...] en algunos momentos creía que me moría, porque ya no era capaz de soportar tanto castigo físico y psicológico [...].

septiembre

Posiciones forzadas


Hombre, detenido en octubre de 1973. Relato de su reclusión en la Escuela de Artillería de Linares, VII Región: El militar llamó a un conscripto y le ordenó que me custodiara y me condujera hasta una gran sala donde había no menos de treinta personas detenidas. Estaban todos sentados en sillas de madera, vueltos hacia la pared. Minutos después llegó un militar con grado, quien escribió mi nombre en un pizarrón y anotó que yo debía pasar de pie toda la noche. En cuanto hubo cambio de guardia y el soldado que llegó dio la orden a los prisioneros de acostarse en el suelo, que era de madera, pero yo debía seguir de pie, sin derecho ni siquiera a apoyarme [...]. Cerca de las 9 de la mañana vino un soldado a buscarme para ser "interrogado"
[...]. Después de un rato de golpes e insultos me preguntaron mi nombre, mi profesión y mi partido político, sin parar de darme golpes en todo el cuerpo, de la cabeza a las piernas [...] el otro detective se acordó que yo había pasado toda la noche de pie y empezó a golpearme por detrás de las piernas, mientras se burlaba preguntándome si me quería sentar.

septiembre

Colgamientos



Hombre, detenido en diciembre de 1983. Relato de su reclusión en el Cuartel General de
Investigaciones (General Mackenna), Región Metropolitana: Al llegar al final de la escalera que bajamos, era todo frío y húmedo, sin preguntar nada me hicieron sacarme la ropa, menos las vendas, me hicieron sentarme en el suelo, recoger las rodillas y con mis manos amarradas pasarlas sobre mis rodillas. En ese momento sentí que introdujeron un fierro entre las rodillas
y antebrazos [...] sentí correr dos objetos, posiblemente muebles. Tomaron el fierro entre cuatro personas (lo sé porque conversaban entre ellos) y fui colgado. Una vez colgado procedieron a poner objetos duros en mis ojos, posiblemente bolitas, luego objetos metálicos en mis muñecas, tobillos, sienes, ano y pene. Luego me amordazaron, introduciendo estos objetos metálicos en mi boca, precisamente en mis molares. Cuando me encontraba en esta situación sentí ruido de papeles que ponían debajo de mí. En ese momento sentí lo aterrador, que fueron fuertes descargas eléctricas, en las cuales veía mi cuerpo totalmente iluminado con un resplandor intenso [...] sentía morir de dolor y de asfixia. Perdí la noción del tiempo, sólo sé que de vez en cuando me sacaban la mordaza y vomitaba en abundancia, luego volvían a lo mismo [...].
Desconozco la cantidad de sesiones que fueron. Al término de cada una me dejaban colgado y
decían "dejemos descansar a este huevón". Yo sentía sus pasos alejarse y sentía un alivio, peroinmediatamente volvían, aparentemente no eran los mismos, y decían "ya descansó mucho este huevón" y continuaban con el flagelo primero [...].

septiembre

Lesiones corporales deliberadas



Hombre, detenido en septiembre de 1973. Relato de su reclusión en la 3a Comisaría de Rahue, Osorno, X Región: El día 19 de septiembre nos sacan del calabozo uno a uno para recibir golpes, un carabinero con un martillo de madera procede a darme un fuerte golpe en el dedo meñique de ambas manos, para luego con un alicate proceder a sacar las uñas, en ese momento ingresa el sargento [se omite el nombre], el cual quita al carabinero el alicate y procede a arrancarme con éste el bigote..., en un momento, producto del gran dolor y desesperación, logro morder la mano de este personaje, el que debe ser socorrido por un carabinero que me da un culatazo en mi cara [...] pierdo el conocimiento y al despertar, me doy cuenta que sangro mucho de cabeza, nariz y boca... luego me doy cuenta que me faltan ocho dientes... había procedido a sacármelos con el alicate... o a golpes, no sé.

septiembre


Golpizas reiteradas


Hombre, detenido en octubre de 1973. Relato de su reclusión en el Estadio Nacional, Región Metropolitana: Las torturas e interrogatorios me los hicieron durante tres sesiones en los camarinesy baños del velódromo del Estadio Nacional. Estando con los ojos vendados, me golpeaban por todos lados, mientras me decían que no volvería a ver a mis hijos y esposa y que les harían daño sobre todo al menor, que tenía tres años. Estando de pie, me pegaban, al parecer con el dorso de la mano, cortándome la respiración y haciéndome vomitar. Me pateaban estrellándome contra la muralla, haciéndome a veces sangrar de la nariz. Sentado, me tocaban donde decían que me aplicarían corriente. Con tremendos golpes de mano me aplaudían los oídos.

eroticón VII

en tus manos quepo
todo con razón fácil
de ahora y cuando lo desees
me doy rojo
en tus manos lucho
dependo
y mi lengua espera el turno
en que al fin devuelva
todos los favores dados

eroticón VI

eroticones
a nosotros nos eligen

NOS

lo vemos pero no entendemos
porfiados borrachos porfiados
porque alguna vez saltará
la coneja de la suerte
la liebre pa agarrarla
de las orejas de las trenzas
porque a nadie le falta coneja
de la suerte y nótese
de la pura suerte
conejos buitres leones
al final aparece
de no sabemos donde
aparece
la coneja de la suerte para nosotros
mi gente
del nocturno y sabatino celo
la coneja que nos aguante
la coneja que nos salve
y nos entregamos
puros …buenos… castos
como nunca agradecidos
puros… buenos… castos
nos entregamos
al momento comprendemos la importancia
la importancia
de la mujer que nos quiere con ella
de la mujer que eligió para ella
al mas poeta de los poetas
curao y todo
entendió lo de poeta
nosotros
capaces de cantarle el mas sucio eroticón y caliente
de los poemas